La palomera

Los buenos días se dan cuando perdemos el miedo a que amanezca

¿Cuándo deben darse los buenos días? ¿Es una cuestión metereológica? ¿Depende de la hora? La poeta Irene X madruga en este poema de su primer libro, «El sexo de la risa» y, antes de que salga el sol, con su desayuno en la ventana, divaga sobre las ausencias, los quereres y el misterio de los días bienvenidos.

Los buenos días se dan cuando acaban

La gente da los buenos días nada más despertarse. Son las seis y veintidós. Todavía no ha salido el sol.

No puedo darte los buenos días porque claro, no me fio de las predicciones a estas horas.

Pero; hola, todavía no ha salido el sol y me acuerdo de ti.

No te debes haber acostado hace mucho, pero ojalá lo hayas hecho solo. O al menos pensando en mí.

Estoy desayunando en la ventana. Me encantaría que ahora mismo necesitaras cualquier cosa, solo para que me llamaras y oírte. Me estoy haciendo mayor, o gilipollas, no lo sé.

El caso es que estoy mucho mejor, ya no me duele la cabeza.

Me he levantado por si acaso tu también lo hacías y de esta forma te dolía menos madrugar. Pero claro, seguramente seguirás dormido.

He bebido té para quince y tengo la fuerza de miles. Joder estoy contenta. Que pase algo pronto o esto podría ser permanente ¿Te imaginas? Yo feliz. Sería como volcar el mundo y esnifarme lo que queda. De locos. Como tú.

Hoy no se si tendré el valor para verte; pero que pronto nos veremos estoy segura.

Me voy a poner a leer cuentos de García Márquez apoyando las piernas sobre la ventana. Que entre el aire y me lave la cara. Y que el té me haga olvidar no beberte, por lo menos esta mañana.

Espero que las cosas bien y que a ti no te duela la cabeza; y todo eso que se dice, pero no se piensa.

Me he hecho una foto preciosa viendo como se ponía cachondo perdido el sol y he jurado que me mirabas.

Voy a enmarcarla sobre la cama para que no parezca que se nos olvide que hemos perdido el miedo a que amanezca. A que nos suban la persiana de cualquier antro.

Y bueno, nada más.

Dime «Hola» lo más pronto que puedas.

Un abrazo.
Con lengua.
O con literatura.
Con lo que tu prefieras.
Ojalá conmigo.

irene-x-1

Comentarios

One Response to “Los buenos días se dan cuando perdemos el miedo a que amanezca”

  1. qué chulo! gracias por compartirlo!

    Publicado por Iranzu | 27 octubre, 2016, 7:43 am

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