ENTREVISTAS

«Trabajamos para marcas como Northface, Eddie Bauer, Lululemon o Arc’ Teryx y con el salario del día no puedes vivir»

«En El Salvador, todas las Zonas Francas industriales tienen el mismo patrón de violentar derechos, de no acatar reglas», denuncia Marta Alicia Salguero (Aguachapán, 1980), trabajadora de la maquila textil e integrante del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores del Textil (SITTEX). «En la maquila en la que yo trabajo, Youngone, si el manager ve que alguna persona se acerca a nosotras, a la directiva sindical, automáticamente ya perdió su trabajo», sentencia.

«El trabajo que hago en la maquila Youngone me gusta mucho pero sin embargo no me gusta el trato que se les da a las mujeres y a los hombres ahí, porque nosotras somos trabajadoras y trabajadores, no somos animales y nos tratan como si lo fueramos», cuenta Marta Alicia Salguero, que lleva diez años trabajando en la industria textil en El Salvador, los primeros cuatro como supervisora de empaque en una maquiladora y los últimos seis como auditora de calidad en Youngone, maquila surcoreana de 1.600 trabajadores localizada en la Zona Franca de Olocuilta. «Trabajamos para marcas como Northface, Eddie Bauer, Lululemon o Arc’Teryx y prácticamente con el salario del día no puedes vivir y por eso la gente se esfuerza para generar un poquito más con los incentivos. La cuota diaria es, por muy pequeña que sea, por lo menos de 240 piezas, que tienen que salir en todo el día, en las 9 horas. Pero si las trabajadoras bajan su ritmo una hora ya no logran su cuota y automáticamente pierden su bono. Y si estas personas, que están todo el día luchando para ganar un incentivo de 3.08 dólares, lo pierden, todo su esfuerzo del día queda en el vacío. La empresa, claro, nunca pierde. Pero tú sí, porque ya perdiste un día más ahí», explica Salguero, integrante del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores del Textil (SITTEX), organización que forma parte de la Federación de Asociaciones y Sindicatos Independientes de El Salvador (FEASIES). «Ayer ví que un caballero en Bilbao llevaba una prenda de las que nosotras confeccionamos, que seguramente me imagino que viene de El Salvador, y me puse a pensar en cómo nos ha costado a nosotras hacer una prenda así, que el valor de esa prenda acá es bastante alto porque lo he visto en las tiendas y que a nosotras nos pagan una miseria. Tal vez me atrevería a decir que aquí hay prendas que las hemos confeccionado en El Salvador, porque la similitud es demasiada. Y sus precios son excesivos y la gente allá, tal vez se va a oír bien fuerte la palabra, ganando una miseria totalmente», añade la trabajadora y sindicalista salvadoreña.

«Mi trabajo corre peligro por el hecho de ser sindicalista pero creo que vale la pena la lucha porque se ven demasiadas injusticias y hay que luchar porque no sea así, porque ellos por el dinero y el poder violentan todos los derechos», explica Marta Alicia Salguero. «Aprovecho desde aquí para hacer un llamado a las personas que compran las prendas que fabricamos para que sean solidarias con nosotras, para que no se den tantos atropellos hacia la dignidad de las mujeres y los hombres allá. Porque, si te soy sincera, te digo que nosotras en la maquila Youngone estamos atravesando una situación bien crítica porque estamos siendo perseguidas por ser sindicalistas, estamos siendo acosadas por los supervisores y los managers», concluye Salguero.

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