«El protagonista de mi novela, José Ramón, es un personaje ficcionado, muy arquetípico, quizás demasiado estereotipado, porque quería hacer una crítica a la profesión sexológica, a algunas cuestiones con las que no estaba de acuerdo, a una manera que tiene la sexología, como ciencia humanística, de entender la vida y el hecho sexual humano que no me gusta», explica el sexólogo Oskar Aranda de su primera novela, «Vida y obra de un sexólogo», publicada por DDT Banaketak. «Una de las cosas principales con las que no concuerdo es el desencuentro manifiesto y constante que ha tenido con los feminismos a lo largo de su historia. Al final, el feminismo habla de las relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres y la sexología quizás no plantea las relaciones sexuales entre hombres y mujeres desde esa desigualdad sino desde la complementariedad. Y entonces ahí hay un choque constante que es lo que he querido plasmar en esta primera novela», añade Aranda.
«La ficción, la novela ficcionada, permite poder hablar de muchas más cosas sin tener que empaparte de una bibliografía extensa y puedes contar las mismas cosas de manera divulgativa y en un ejercicio más divertido, entretenido, que si lo hicieras a través de un ensayo», explica Oskar Aranda sobre su apuesta por escribir esta novela. «Algunos lectores y lectoras me han comentado que el tono de la novela les molesta mucho, que es un tono muy agresivo, tosco, que les produce mucho malestar, incluso enfado. Y es que el tono que he querido sacar es un tono muy masculinizado, muy de cuñado, como cuando escuchamos hablar a Fernnado Savater, Pérez Reverte o Sánchez Dragó. Esa manera de hablar, de decir los demás no tienen ni puta idea y yo os voy a contar la verdad, ese es el tono que he querido utilizar y, claro, eso ha enfadado a mucha gente porque les parecía demasiado grosero, no les gustaba», reflexiona el autor de «Vida y obra de un sexólogo» sobre las primeras críticas que ha recibido de su libro.
Oskar Aranda publicó en 2019 el libro «Juegos eróticos en las infancia y la preadolescencia» y en 2011, traducido también al portugués, «Lectura sexológica de la obra de Saramago».
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