«Tenemos trabajo, mucho trabajo, pero creo que ahora, con lo que ha pasado en este último año, las movilizaciones de la gente contra el genocidio y el sistema de apartheid y colonial de Israel son muy importantes en el camino para obtener la liberación del pueblo palestino», señala Fiona Ben Chekroun (Bruselas, 1991), coordinadora de la Campaña europea de boicot, desinversiones y sanciones (BDS) a Israel. «El objetivo ahora del movimiento BDS es presionar a un puñado concreto de empresas en las que sea posible obtener un éxito, sea posible ganar. Cuando comenzamos el boicot a Carrefour estábamos seguros de que era posible ganar, de que Carrefour siente la presión. Pero necesitamos más presión, más y más. En el Estado español, Francia, Bélgica, Indonesia… en todos lados. Es posible ganar. Y hay muchas listas, con muchas empresas, muy poderosas, como Nestlé o Intel, muy grandes. Pero para el movimiento BDS es muy importante hacer colectiva la movilización y la presión sobre 10, 15 o 20 empresas máximo. Y cuando ganamos en una, vamos a por otra próxima empresa. Y no es solo con la idea de hacer un impacto económico sino también con la de crear un entorno, un ambiente, en el que las empresas tengan miedo del boicot, del pueblo. La Campaña del BDS ha demostrado que el poder poder popular puede obligar a que los Estados mantengan sus mares y tierras libres de complicidad con los crímenes atroces de Israel», añade Fiona Ben Chekroun, coordinadora del BDS y diplomada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.
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