«Es un libro de memorias, hemos intentado hacer un pequeño rescate de esas historias que fueron anegadas, olvidadas, silenciadas, de manera predeterminada y decidida, un silencio construido. Y hemos querido rescatar esas memorias, recuperarlas, nombrarlas, darles un espacio y un lugar para que puedan ser leídas por otras personas. Está claro que era un ejercicio de justicia nombrar y citar también a todas las personas con las que hemos hablado y que de una u otra manera nos hemos ido cruzando en los cuatro años de nuestra investigación», explica la periodista Mº Ángeles Fernández, coautora de «Memorias ahogadas», publicado por la editorial Pepitas de calabaza. «Todo lo contrario de lo que ha sucedido con la construcción de los grandes embalses. Existe un borrado expreso de las memorias que subyacen en todos esos embalses. Por lo general, nos encontramos con el nombre del constructor del embalse, del ideólogo, hay una serie de nombres privilegiados que están ahí, pero el resto de nombres, empezando por los municipios inundado, muchas veces son borrados», añade el periodista Jairo Marcos, coautor también del libro.
El Estado español es el primer país de Europa en embalses y el quinto del mundo. Sólo durante la dictadura de Franco se construyeron 615 embalses. «Se habla de entre 50.000 y 150.000 personas desplazadas en toda España por la construcción de grandes embalses, unas personas a las cuales les echaron de sus casas, les separaron de sus familias, de sus raíces, bajo la excusa de que era un sacrificio colectivo por el bien común. Lo que no decían era el bien común de quién. En el libro «Memorias ahogadas» contamos que entre los grandes beneficiarios de los embalses hay constructoras, hidroeléctricas, apellidos que se repiten una y otra vez. Y, desde luego, entre los beneficiarios no están las personas que vivían en los pueblos anegados», cuenta el periodista Jairo Marcos
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