Diario de a bordo

«Todas las personas migrantes seremos criminales si no estamos en nuestro Estado nacional»

«En Latinoamérica, a mayor desigualdad, mayor trabajo doméstico. En los censos de todos los países se registra que los países con mayor cantidad de trabajo doméstico son los países más desiguales. Pero, ¿cuál es la particularidad de Buenos Aires? En los otros países son migrantes internas. Es decir, campesinas, indígenas, afrodescendientes que emigran a las grandes ciudades y realizan ese trabajo. Sin embargo, en Buenos Aires son migrantes latinoamericanas las que se dedican a este tipo de labores. La capital argentina es la ciudad latinoamericana con mayor cantidad de trabajo doméstico migrante. Y aquí las normas eran hasta hace muy poco normas de la dictadura, normas muy viejas, casi esclavistas, donde no tenían prácticamente ningún derecho. Y desde 2013 para acá se han venido construyendo marcos normativos que las protegen y les permiten tener derechos laborales, que era algo que no tenían antes. Y gran culpa de que haya normativas para todas las trabajadoras, nacionales y migrantes, en temas de derechos sociales, tiene que ver con que las mujeres migrantes empujaron esa lucha y se sumaron en una ola de militancia y de reclamo de derechos para la aprobación de la nueva ley de trabajo en casas particulares. Fueron actoras principales en Argentina a la hora de construir esa nueva ley», explica Verónica Jaramillo Fonnegra, abogada, investigadora y docente experta en derechos humanos, migraciones y género.

«Estamos enfrentando un momento histórico bastante particular y único de la historia migratoria de América y de Argentina. De la región, por la espectacularización de las expulsiones y por cómo se han criminalizado las migraciones en los últimos años. Un continente que ha recibido migración desde siempre, un continente creado con migración, entero, de Norte a Sur, y que hoy nos hacemos los sorprendidos por los migrantes que llegan es cuando menos extraño e hipócrita, porque muchos de los que estamos migrando somos del propio continente. Nos enfrentamos a la crisis migratoria, como quieren llamarla algunos, más grande de la historia con la salida de migrantes venezolanos por la región, más de 6 millones en los últimos 8 o 10 años, y eso es cuantitativamente mucho en tan poco tiempo. Entonces, enfrentamos desafíos de tener migración intrarregional por primera vez y enfrentamos también desafíos por tener una frontera espectacularizada. No es que no se hubieran hecho expulsiones, no es que no se hubieran hecho criminalizaciones, no es algo nuevo, pero nunca habíamos tenido esta espectacularización del show, de lo que estamos viendo con las expulsiones, con la sensación de que le puede pasar en cualquier momento a cualquier persona. Y con esa idea de que esto va a ser una nueva forma de comprender la migración. Seremos criminales si no estamos en nuestro Estado nacional. Creo que esa es la novedad y preocupa. De alguna manera nos enfrentamos a desafíos nuevos desde lo discursivo y a amenazas claras en lo que se refiere a cómo vamos a sostener la vida de tantos millones de personas que están girando por el continente con el corrimiento de muchas de las políticas migratorias que se están haciendo en muchos de los países, porque no solo es en Estados Unidos sino que todos los países han adoptado normativas más restrictivas», cuenta Verónica Jaramillo Fonnegra, abogada, investigadora y docente.

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