«El genocidio de Gaza hace que empiece a ser viable otra vez el exterminio sistemático de población civil como herramienta política»

«El genocidio de Gaza está transformando profundamente el mundo en la dirección de hacernos olvidar la reacción internacional ante la Segunda Guerra Mundial, está haciendo que empiece a ser viable otra vez, y no solo en ese caso sino en muchos otros casos, el exterminio sistemático de población civil como herramienta política. Me parece que estamos viviendo, y por eso lo veo una situación que parece más cercana al fin del siglo XIX y comienzos del XX, el retorno a una guerra imperialista entre EEUU y China donde se ve claramente la declinación del poder estadounidense ante el crecimiento chino y por lo tanto que la respuesta pasa a ser de carácter militar porque la respuesta económica ya no es efectiva. Esa guerra económica está perdida por Estados Unidos y entonces el arma que le queda es ser la primera potencia militar. Y por eso me recuerda un poco, pero de un modo infinitamente más violento, la declinación británica y el surgimiento estadounidense, pero lo que de alguna manera el imperio británico pudo aceptar un poco más, aún con costos costos enormes y niveles de destrucción enormes, no parece ser así en el caso norteamericano. Y, entonces, esto va habilitando modos de ejercicio de la violencia que a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial parecía que eran mayoritariamente condenados», explica el sociólogo e investigador argentino Daniel Feierstein (Buenos Aires, 1967), profesor de la cátedra de Análisis de las prácticas sociales genocidas, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, director del Centro de estudios sobre genocidio, en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, e integrante del Tribunal Permanente de los Pueblos. «Y esto es lo me parece que explica también, y le da otro tinte de gravedad, el surgimiento de movimientos de extrema derecha y neofascistas con fuerte apoyo popular en gran parte del mundo, en India, en Estados Unidos, en Argentina, en Brasil, en buena parte de Europa… Empieza a aparecer toda una rearticulación política de algo que pensábamos que era parte del pasado, y que por supuesto no aparece igual, no es que vaya a aparecer otro Hitler, la historia no se repite dos veces igual, pero sí obra este uso de la violencia como arma política contra la población civil la legitimación de procesos genocidas, de apartheid, en una escala que no habíamos visto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial», añade Daniel Feierstein.