A plena luz, la ciudad y sus mujeres pertenecen a los hombres que silban, chistan y dirigen con total impunidad sus palabras contra sus cuerpos. De noche, en su bici, más rápida y libre, ella aún tiene que seguir esquivando todas esas palabras. Y grita. Y la ciudad repite sus gritos, que se multiplican mil … Sigue leyendo