Esta noche tenemos luna llena, el momento ideal para degustar, en alguno de sus múltiples formatos y dosis, nuestro satélite más visitado y deseado. Un clásico en Mar de Fueguitos, la luna del poeta mexicano Jaime Sabines y como sólo él sabía recetarla.
La luna
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que nadie lo sepa
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
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