Mientras hay chispa hay esperanza, afirma el escritor uruguayo Mauricio Rosencoff en este breve fragmento de sus «Cuentos para las lágrimas de una niña», un texto que dedicó a su hija Alejandra, «que de pequeña fue, de alguna manera, todos los niños y niñas de estas historias irreales de la vida real». Inmersos en el Plan Mamut, denuncia Rosencoff, sólo nos queda chisporrotear, contar, frente a los urdidores de un futuro que nos prefiere quietos, callados, congelados. Un buen aperitivo, sin duda, para invocar y despertar las chispas de nuestro Mar de fueguitos que regresa a las ondas el próximo el 14 de octubre.
«Cuando uno anda medio apagado es porque se quedó sin chispas. Cuando uno echa chispas, piensa y dice muchas cosas.
Ahora bien: acá estamos inmersos en el Plan Mamut, que apunta a la inmovilidad por congelamiento. Es decir que, cuando uno deja de chisporrotear se viene la quietud total; ergo: mientras hay chispa hay esperanza.
Por eso uno invoca, evoca, imagina la hoguera, para tener un enjambrecito de esas maripositas de fuego, pequeñitas, que te entibian cuando se hacen cuento. Y cuando no te quede nada para contar es porque se te murió la última chispa».
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