ENTREVISTAS

«Cuanto más vende una empresa su imagen, su responsabilidad social, más tiene que ocultar»

«Aunque en tiempo de crisis se rebajó porque se perdió capacidad de compra, el consumismo sigue siendo, en cuanto a filosofía y mentalidad, un pilar de esta sociedad», señala José Luis Mariñelarena, integrante de la ONGD SETEM Navarra y coordinador de la campaña europea «Cambia tus zapatos», iniciativa impulsada por un consorcio de 15 organizaciones europeas y 3 asiáticas que reivindican una cadena de suministro del calzado ética, sostenible y transparente.

«Cuanto más vende una empresa su imagen, su responsabilidad social, más tiene que ocultar», afirma José Luis Mariñelarena, coordinador de «Cambia tus zapatos», campaña que comenzó hace dos años. «Las memorias de responsabilidad social no recogen aspectos que nuestra campaña demanda, como por ejemplo el de un salario digno, algo fundamental no sólo en los países del sur, en los productores, sino también aquí. Una persona puede tener el derecho de trabajar pero para poder vivir del trabajo, no para ser explotado o esclavizado por ello. Ninguna de las 23 empresas que analizamos en el informe sobre marcas europeas y su comportamiento ante la debida diligencia en derechos humanos en sus cadenas de suministro garantizó que se están pagando un salarios dignos».

La mayoría de las marcas que comercializan calzado de cuero importan en mayor o menor medida de la India. Es el caso de marcas como Clarks, Zara, Geox, Diesel, Kickers, Timberland, Calvin Klein, Massimo Dutti, Camper y H&M entre muchas otras. Sin embargo las vulneraciones de derechos laborales siguen siendo un fenómeno generalizado en la industria del cuero y del calzado india, según indica «Se dejan la piel», un informe sobre la situación de las trabajadoras del calzado del cuero en la India elaborado por la campaña «Cambia tus zapatos». Entre las vulneraciones más destacadas se encuentran numerosos casos de exclusión de las prestaciones de la Seguridad Social, salarios muy por debajo de un salario digno aunque con un gran volumen de horas extraordinarias o de horas trabajadas con el sistema de salario a destajo, y falta de protección y formación sobre los riesgos para la salud y la seguridad en el trabajo. “Trabajamos con cuero y, tanto el olor que desprenden las pieles, como los adhesivos que utilizamos para unir las piezas del zapato, así como otros materiales utilizados en el proceso de fabricación del calzado, en ocasiones, nos producen mareos… no tenemos apetito y solo pensamos en dormir en cuanto lleguemos a casa.”, declara una trabajadora de una fábrica de calzado de Ambur.

Todo esto en un contexto de ausencia de sindicatos y de discriminación por razones de género y casta. Prácticamente todo el personal pertenece a las castas registradas (Scheduled Casts) y a otros grupos socialmente marginados. Las mujeres quedan relegadas a puestos, como los de ayudantes o costureras a mano, relativamente poco cualificados y mal remunerados. Además, fuera de las fábricas, miles de mujeres trabajan desde casa cosiendo zapatos. Por otro lado, el informe «Las vidas tras tus zapatos» retrata la situación de estas personas. Se trata de mujeres que están atadas a la casa por responsabilidades domésticas atribuidas socialmente en India, como ocurre en tantos otros países, pero que también necesitan ganarse la vida por sí mismas y para su familia. Sus condiciones de trabajo son todavía más duras que en las fábricas, ya que, sin contrato de trabajo, no tienen ninguna seguridad de poder trabajar, los precios a destajo son más bajos que en las fábricas y no tienen cobertura social ni sanitaria de ningún tipo.

No se trata de un tipo de producción artesanal. Estas mujeres no trabajan en pequeños talleres familiares que elaboran calzado siguiendo el sistema tradicional. El modelo de zapato, el número y lugar de las puntadas y el método de trabajo depende completamente de las indicaciones de la fábrica. Sin embargo no es la fábrica quien contrata directamente a las trabajadoras a domicilio, sino que estas obtienen el trabajo a través de intermediarios. “No podemos negociar con los intermediarios porque conocen a mucha gente que quiere trabajar y lo necesita de verdad. Así que si intento negociar por una o dos rupias más se irán a otra zona… repartirán (el trabajo) en otra zona donde alguien acabará realizando el trabajo”, declara una trabajadora a domicilio en Ambur.

La campaña «Cambia tus zapatos» reclama que el sector tome las medidas adecuadas para garantizar el trabajo decente en los principales países productores de calzado y de cuero, como la India. “Las marcas de calzado deben investigar más allá de los proveedores directos y asumir responsabilidades sobre las condiciones de trabajo relacionadas con sus productos, sea en fábricas, talleres u hogares”, señala José Luis Mariñelarena, coordinador de la campaña en el Estado español.

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