ENTREVISTAS

«Hemos sustituido nuestra identidad, pensamientos y vivencias por contenidos multimedia que consumimos a todas horas y cocinados por terceras personas»

«No se trata de ir en contra de nada sino a favor de algo que estamos perdiendo. Hay que recuperar cosas que perdemos a marchas forzadas debido al uso constante de una pantalla digital que nos sirve contenidos multimedia en cualquier momento. No se trata de ir contra la tecnología y suprimirla pero sí de ponerle un coto y recuperar hábitos perdidos», señala el librero Sergio Legaz (Madrid, 1982), autor de «Sal de la máquina. Cómo superar la adicción a las nuevas tecnologías y recuperar la libertad perdida», guía de socioayuda publicada por la editorial Libros en Acción. «Al utilizar un smartphone o una tablet únicamente ejercitamos y reforzamos de una manera permanente el circuito ojos, cerebro, dedo, el dedo pulgar o índice incluso, un solo dedo de la mano. Esto lo repetimos una y otra vez, cientos de veces a lo largo del día, y al actuar así estamos restringiendo nuestra forma de percibir las cosas sensorialmente a un circuito estrechísimo en contraste con las grandes posibilidades de conocer y sentir que tiene el cuerpo humano. Evidentemente, con esto se reduce nuestra posibilidad de experimentar la vida y nuestra capacidad de concentrarnos, de estar tranquilos en un momento de espera, de aburrirnos, de disfrutar las cosas a otro ritmo más lento… Los contenidos multimedia siempre se nos sirven de una forma muy rápida, frenética, fragmentada, saltando de un video o mensaje a otro. Es todo muy fugaz y la vida real no funciona así», añade Sergio Legaz.

«Los smartphones fueron implantados en 2007 y aún es pronto para saber que consecuencias reales van a tener, por ejemplo, en los niños que han nacido ese año y de ahí en adelante. Ahora los niños ya nacen con una tablet debajo del brazo, desde la cuna, a los pocos meses de edad, se les enchufa contenidos multimedia. La respuesta al interrogante de las secuelas que tendrá el uso de estas nuevas tecnologías no la conoceremos hasta dentro de 15 o 20 años cuando estos bebes sean adultos. Si a nosotros, ya como adultos, que hemos tenido otro tipo de infancia, libre de pantallas e internet, todo esto nos está afectando, imagínate a los niños que ya nacen con su cerebro conformado de esa manera, acostumbrados a reaccionar con una pantalla multimedia en lugar de con la realidad. Es algo tremendo», explica Sergio Legaz. «Estamos sustituyendo el contenido natural y normal de nuestra conciencia e identidad, nuestros propios pensamientos y recuerdos sobre las cosas, nuestras proyecciones de futuro, imaginaciones y juegos por contenidos multimedia que consumimos a todas horas, están cocinados por terceras personas y nos sirven a todo el mundo por igual. Todos consumimos los mismos videos, vemos las mismas frases y noticias de Facebook. Esto nos homogeiniza y sustituye nuestra identidad por un aglomerado de contenidos multimedia que nos está convirtiendo en una masa sin forma», afirma el autor de «Sal de la máquina. Cómo superar la adicción a las nuevas tecnologías y recuperar la libertad perdida».

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