ENTREVISTAS

«Tener cada vez más miedo es un síntoma del avance de la extrema derecha»

«El gobierno de Brasil trata de generar una ola de miedo, intenta paralizar a las personas, al pueblo, a través del miedo. Durante las movilizaciones del 8 de marzo se llevaron a cabo las primeras ocupaciones de tierra con este gobierno y han sido simbólicas pero victoriosas. No ha habido heridos ni ninguna baja y eso es muy importante», explica Janaina Stronzake (Rio Grande Do Sul, 1977), integrante del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). «El gobierno trata de generar dentro de la sociedad la imagen de que el MST es un movimiento violento, nos llama terroristas, pero nuestras prácticas y acciones han conquistado a la mayoría de la opinión pública durante estos treinta y cinco años de historia. La gente conoce los asentamientos, las escuelas, los campamentos, compra nuestra producción saludable y basada en la agroecología… entonces la gente que conoce el MST está de nuestra parte. Ahora, lo que no descartamos es que este gobierno tenga una política de armar milicias paramilitares porque una de sus banderas es liberalizar las armas para que la población esté armada hasta los dientes. Y no descartamos que el gobierno comience a dar carta blanca a los grupos paramilitares para que actúen en contra del MST y de otros movimientos sociales. Y si ese tipo de acciones comienzan habrá que visibilizarlas y denunciarlas», advierte Stronzake.

Al echar la mirada atrás, sobre el triunfo del presidente Jair Bolsonaro, para Janaina Stronzake, integrante del MST, «si el Partido de los Trabajadores hubiera estado más aliado con el pueblo, hubiera dispuesto más políticas en beneficio del pueblo y menos del capital, probablemente les hubieran derrumbado antes, seguramente a través de un golpe militar porque los militares han sido muy activos en el encarcelamiento de Lula. Cuando se ve que el pueblo se moviliza y realmente está caminando para construir su libertad y soberanía, el capital no tiene ningún reparo en poner los tanques en la calle». En este sentido, a pesar de la criminalización que ya esta sufriendo su organización, Janaina Stronzake afirma que «la lucha seguirá en Brasil aunque nos obliguen al exilio porque el MST somos cerca de dos millones de personas y trabajamos y vivimos en Brasil. Aunque amenacen a algunos o a algunas y nos obliguen al exilio la lucha seguirá con la gente que se quede en el país y con las siguientes generaciones».

Uno de los pilares del MST es el de la educación y también uno de los frentes que más ataques ha recibido por parte del gobierno de Bolsonaro que acusa de «fabriquitas de dictadores» a sus cerca de 1.500 escuelas. Para Janaina Stronzake, que forma parte de su colectivo de literatura y del frente de palabras rebeldes, «la educación del MST ha sido construida a lo largo de estos años en torno a una pedagogía emancipadora, lo que llamamos la pedagogía de la tierra, que promueve la criticidad, la autonomía, el trabajo y nuevos valores como la solidaridad y la cooperación. Y estos son los principios que se aplican en nuestras escuelas. Y son principios organizativos para que nuestros estudiantes vayan creciendo y formándose autónomos, pensantes, preguntadores, para que cuestionen la sociedad y el Estado pero también para que se cuestionen a sí mismos, a su escuela, a su organización, porque sólo a través de la crítica, de la pregunta, del cuestionamiento se puede dar pasos adelante, vamos a no quedarnos como un movimiento social estancado en el tiempo. Necesitamos esa inquietud, necesitamos que se pregunte. Y, en este sentido, no podemos ser dogmáticos, no podemos tener unas verdades petrificadas y que terminan siendo obsoletas. Hay que estar constántemente preguntándose y renovándose. Y ese es uno de los fundamentos de nuestra pedagogía. Nada más lejos que pensar en adoctrinamiento y en una escuela dogmática. Es una escuela crítica que busca la autonomía y la transformación social y de cada una de las personas».

En clave internacional, con la vista puesta en lo que ha sucedido en Brasil, Janaina Stronzake señala que «hay que estudiar la historia, hay que juntarse con la gente que está a nuestro alrededor, hay que hacer análisis de coyuntura y superar este miedo que nos intentan meter desde la derecha. Si en estos momentos vemos en Europa, en el Estado español y en Euskal Herria que la gente está empezando a tener cada vez más miedo eso es un signo del avance de la extrema derecha. Hay que estar muy atentas y atentos porque sí, aquí también puede pasar». Y sobre el futuro, sobre la esperanza y la lucha, la integrante del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra cuenta que «en el MST tenemos una palabra que llamamos mística y no es un tema religioso sino que es esa energía, esa esperanza, que sólo podemos mantener trabajando y viviendo en colectivo. No tenemos que aislarnos, tirar por la vía individual. Las soluciones individuales son de corto plazo. Sólo podremos superar el miedo, mantener el ánimo, la energía, la esperanza, y construir un buen proyecto de país, de comunidad, de nación sostenible de manera colectiva, siempre en grupo, lo más horizontal y democrático posible. Juntas y juntos, de la mano, en la calle, organizadas y construyendo el país y la nación que queremos».

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