ENTREVISTAS

«En los colegios de primaria y preescolar hay que fomentar mucho más el juego libre, la autonomía y creatividad de los niños y niñas»

«El erotismo en la infancia y la preadolescencia se puede entender de otra manera, menos genitalista, aunque puedan utilizar los genitales. El erotismo no es solo algo que hagamos con los genitales sino algo global que hacemos con nuestro cuerpo porque tenemos esa necesidad. Nuestro cuerpo nos lo pide, lo quiere expresar, además de con el autoerotismo, con otras personas. Y es que cuando hablamos de sexualidad infantil parece que solo hay autoerotismo y parte de la preocupación de padres y madres viene por cuándo se pueden tocar, qué se pueden tocar y en qué sitios. Y lo que planteo es que hay todo un universo de sensaciones y prácticas de niños y niñas entre ellos, entre iguales, en las que una vez que su cuerpo empieza a ser conocido también quieren conocer los cuerpos de las otras personas», explica el sexólogo Oskar Aranda (Ermua, 1974), al hilo de su libro «Juegos eróticos en la infancia y en la preadolescencia», que acaba de publicar la editorial DDT. «Me planteé hacer este libro porque había muy poco escrito sobre este tema, apenas uno o dos libros de hace 30 o 40 años y además desde el punto de vista del sicoanálisis», añade Aranda, que trabaja en el Servicio de Atención a la Sexualidad de Lasarte-Oria y también realiza tareas de educador sexual en institutos vascos. En su libro recoge más de 40 juegos eróticos.

En cuanto al uso de las nuevas tecnologías por parte de los niños y niñas, del acceso, por ejemplo, a pornografía a través de ellas, el sexólogo Oskar Aranda reconoce que «es algo, como todo, que tiene que ser matizado, educado y filtrado para que ese tipo de imágenes, de vídeos, que puedan ver tengan en cuenta cuestiones como las relaciones igualitarias entre sexos, sean de verdad un fomento del propio erotismo y no un mero voyeurismo. En sí, no rechazo la pornografía. Es una manera más de excitarse pero está claro que la pornografía mainstream, más de moda, que hoy en día existe es, por ejemplo, claramente discriminatoria con las mujeres y plantea las relaciones sexuales de una manera poco cultivable. ¿Qué la pornografía es perniciosa? ¿Qué tiene que regularse? Pues bueno, lo mismo que regulamos para los niños y niñas, desde la mirada adulta, qué otros contenidos son o no son adecuados, como por ejemplo los que tiene que ver con la violencia». Para el autor del libro «Juegos eróticos en la infancia y la preadolescencia», hoy en día, «algo que hemos hecho quizás mucho en otras épocas, todo lo que tiene que ver con el juego libre y que ahora se reivindica tanto en la enseñanza formal, es algo que hay que seguir cultivando. Hay que permitir que los niños y las niñas, de una manera autónoma generen sus propios juegos. Y ahí, por ejemplo, la tecnología es muy poco interactiva, pese a que puede ser muy intuitiva, y permite mucho menos la creatividad de esos niños y niñas. Entonces, en los colegios de primaria o preescolar igual hay que fomentar mucho más el juego libre de verdad, en el que con pocos materiales, como ha sucedido en otras épocas, o ni tan siquira con materiales, se fomente esa autonomía y creatividad de los niños y niñas. Como ya sabemos desde siempre, los mejores juegos no necesitan juguetes».

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