«Las decisiones de control estatal se ponen en práctica o no dependiendo de la oposición que generan y de la capacidad de los Estados para imponerlas por la fuerza»

«Hemos publicado este libro por la naturalización de determinados procesos, por cómo hemos ido permitiendo al Estado tener un nivel de invasividad sobre los cuerpos cada vez mayor. Obviamente, esa distribución de la invasividad de los cuerpos no es igualitaria sino que tiene todo un componente de racialización, unos cuerpos son mucho más violentados que otros. Se ha conseguido una cierta hegemonía respecto a que esos controles son legítimos y como siempre hay también una proliferación de pequeñas luchas que tratan de denunciar esta realidad y tratan de combatir las leyes de extranjería y todo este proceso de crecimiento de los Estados. No son omnipotentes, incluso lo estamos viendo ahora con las medidas que se están tomando en torno a la pandemia. Siempre hay grietas, territorios en disputa en los que las decisiones de control estatal se ponen en práctica o no dependiendo de la oposición que generan y de la capacidad de los Estados para imponerlas por la fuerza o de su limitación para poder hacerlo», explica el escritor y activista Eduardo Romero, traductor y prologuista de «La invención del pasaporte. Estado vigilancia y ciudadanía», un libro del sociólogo estadounidense John Torpey que ha publicado el colectivo social y editorial Cambalache.

«Nuestro objetivo es desnaturalizar algunas prácticas que se han convertido en algo consentido y natural. En el libro aparece como en el siglo XIX hay todo un debate en Estados Unidos en torno a las leyes de exclusión chinas en las que se discute si el Estado está legitimado para hacer un carnet de identidad en el que aparece la foto de las personas, si tiene derecho a fotografiar y a plasmar en un documento la foto de un individuo. Sin embargo, a día de hoy podemos encontrarnos, por ejemplo, con que los menores migrantes que vienen solos procedentes de Marruecos y de otros países acaban siendo no ya fotografiados sino radiografiados en los hospitales, sus dentaduras o sus muñecas, para supuestamente establecer su edad y decidir si hay que aplicarles la ley de extranjería o no. El libro destaca este contraste de que hace un tiempo los Estados no tenían todavía la legitimidad, o por lo menos estaba en cuestión si tenían derecho a hacer una fotografía, y de pronto ahora te pueden emitir radiaciones por cuestiones que tienen que ver con la extranjería», cuenta Eduardo Romero.»El sistema racista de detención y expulsión de migrantes no es algo puntual, no es que haya unos policías torturadores que de repente deciden por sí mismos que van a hacer una redada y van a amordazar y deportar a un migrante. Se trata de una política de Estado que representa ese racismo institucional», añade el activista de Cambalache.

El libro «La invención del pasaporte. Estado vigilancia y ciudadanía» rastrea el nacimiento y desarrollo de los mecanismos de identificación y vigilancia. Asímismo, analiza la evolución histórica de muchas de las medidas que forman parte de las actuales políticas de fronteras, entre ellas el pasaporte y otros variados mecanismos estatales de control.