«No es una guerra contra Hamás, es un castigo colectivo contra toda la población de Gaza»

«No se trata de una guerra, se trata de la resistencia de un pueblo contra la ocupación, contra un sistema de apartheid que se sostiene gracias a la complicidad de la comunidad internacional y empresas, por ejemplo, como la vasca CAF, que construye un tranvía en la ciudad de Jerusalén para conectar colonias israelíes en territorio ocupado con esa ciudad. Se trata de generaciones de jóvenes palestinos y palestinas que han nacido bajo la ocupación y que buscan una solución a través de la resistencia armada porque durante muchos años la vía pacífica no ha dado resultados. Han aumentado las colonias, ha aumentado la violencia de los colonos contra la población palestina, el año 2023 está siendo uno de los más sangrientos para el pueblo palestino, ha habido incursiones militares en ciudades como Yenin y Nablus, en mayo hubo un ataque en la Franja de Gaza en el que asesinaron a 33 palestinos y palestinas, ha aumentado la población presa palestina en cárceles israelíes, es decir, ¿qué más le queda al pueblo palestino que resistirse? Además, hablamos de un derecho reconocido internacionalmente», comenta Eneko Calle, integrante del Movimiento de solidaridad con Palestina de Euskal Herria. «No es una guerra contra Hamás, es un castigo colectivo contra toda la población palestina que vive en la Franja de Gaza, que son más de dos millones y medio de personas y que desde 2007 están sometidos a una asfixia total. Israel controla los alimentos, las medicinas, el material de construcción que entra en la Franja de Gaza y con este nuevo bloqueo ahora se va a profundizar y agudizar la crisis humanitaria que viven cada día», añade.