«El territorio del que vengo, el territorio maya q’eqchí, en el norte de Guatemala, tiene la maldición de poseer todas las industrias extractivas encima, petróleo, minería, hidroeléctricas… Entonces, nosotros demandamos el reconocimiento y la certeza jurídica de las tierras y el territorio de los pueblos indígenas. Esa es una deuda histórica que aún tienen con los pueblos indígenas, tanto desde tiempos coloniales como desde la imposición de este Estado colonial capitalista que tenemos. Y es algo que esperamos del nuevo gobierno, el reconocimiento jurídico de las tierras indígenas, fortalecer eso», explica Melvin Picón (Coban, 1979), maya q’eqchí integrante de la Asociación de Servicios Comunitarios de Salud (ASECSA) y del Consejo de Pueblos de Tezulutlán. «Además, también esperamos que se pueda poner fin a la moratoria minera, que se cancelen los contratos petroleros porque son lesivos tanto para las comunidades indígenas como para el propio Estado. La minería del petróleo en Guatemala es un mal negocio, no deja ningún beneficio y lo saldos son negativos en temas ambientales y sociales», añade Melvin Picón, formador en diferentes iniciativas que buscan fortalecer a las organizaciones y comunidades en resistencia ante los proyectos extractivos que dañan las comunidades indígenas.
«La comunidad internacional en general, no solo Estados Unidos sino también la Unión Europea, ha visto que hay un atentado contra la democracia en Guatemala, claramente se ve que es un golpe de estado técnico contra Bernardo Arévalo, el presidente electo. Y ante eso ha tomado la postura de defender el mínimo de democracia que tenemos en el país. Hay una postura común que es no dar paso al golpe de estado y que el 14 de enero se pueda dar el relevo de mando, pueda ser investido el nuevo presidente», detalla Melvin Picón, que se encuentra estos días en Euskadi invitado por la oenegé Mugarik Gabe, dentro de su campaña «Bizitza jokoan».
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