«Al no tener el Estado justificación alguna para reprimir al pueblo, a las mujeres defensoras de los derechos humanos, entonces inventan delitos por los que si viviera en Nicaragua igual estaría ahora mismo en la cárcel», denuncia la campesina y sicóloga nicaragüense Jilma Ruiz, integrante de la Red de mujeres pinoleras, creada en 2020, un grupo de mujeres exiliadas en Costa Rica por motivos políticos, debido a la persecución brutal y a la represión del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. «Las opciones que tenemos en Nicaragua torcidamente son tres: el exilio forzado, la cárcel o la muerte. Así que prefiero el exilio forzado, aunque esté llevándola difícil en el exilio. Prefiero estar viva y estar aportándole a la Nicaragua que quiero y a la que sueño regresar algún día», explica Jilma Ruiz, exiliada nicaragüense en Costa Rica que ha visitado hace unas semanas Euskadi para participar en la Gira popular de las utopías, un encuentro de campesinas, feministas y comunicadoras organizadas en defensa del territorio y la tierra. Esta gira ha sido impulsada por la organización Brigadas Internacionales por la Paz.
El Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua de la ONU reveló el pasado 29 de febrero ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra que, entre abril de 2018 y junio de 2023, al menos 935.065 personas habían abandonado Nicaragua y buscado refugio, en su mayoría, en Estados Unidos, Costa Rica y España. De todas estas personas migrantes, 874.641 son solicitantes de asilo y solamente 60.424 han obtenido el estatus de refugiada que les permite acceder a mejores condiciones de vida fuera de su país.
Joder, España acoge a todos, o casi a todos, los fachas latinoamericanos.
Viva Nicaragua Libre, de una p… vez.