«En Nicaragua, defender derechos es ser opositores al régimen y al gobierno, y no se trata de eso. No hay formas legales de que se reconozca la defensa de los derechos humanos», reconoce Carmen Flores, defensora de derechos humanos nicaragüense en el exilio. «En realidad, e Nicaragua no hay ninguna experiencia de defensa de los derechos humanos que pueda ser válida frente a un régimen que piensa que todo lo que se dice, se piensa o se hace es porque se está en contra del gobierno», añade.
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