«Hay quien piensa que la gestación por sustitución es un modelo no normativo, que agrieta la familia convencional, como sostiene la socióloga Gracia Trujillo, para quien este tipo de gestación demuestra que se puede ser madre sin parir y que se puede parir y no asumirse como madre. Y esto lo vemos también en otros modelos familiares, que yo defiendo más, como pueden ser mi propia familia, las familias heterodisidentes que utilizan otros caminos, o las adopciones. Y el argumento en contra de que la gestación subrogada es parte de la diversidad es que precisamente se trata de la solución mercantilizada e individualizada que nos ofrece el mercado para las personas que no podemos gestar por nosotras mismas, ya sea porque no tenemos óvulos o semen disponible, ya sea porque no tenemos un útero que pueda gestar. Por tanto, esto no es nada queer. Lo no normativo sería aquello que desafía las normas y que cuestiona, por ejemplo, el destino de tener que tener hijos propios, biológicos, etc. Yo me siento un poco en medio porque si bien ideológicamente estoy en esta segunda lectura, que no creo que sea un modelo contrahegemónico, ni mucho menos, y que es muy funcional al mercado y al sistema, también observo que es cierto que hay muchas dinámicas en las que estamos en el mismo barco. Por ejemplo, Giorgia Meloni, al mismo tiempo que ha convertido en delito que la gente italiana vaya a otros países donde es legal a por bebes gestados por otras mujeres, ha revocado también la patria potestad a las lesbianas no gestantes. Entonces, es cierto que para los fascistas somos la misma aberración las familias heterodisidentes que un matrimonio que haya gestado a través de una gestante ucraniana», explica la periodista feminista y agitadora queer June Fernández Casete (Bilbao, 1984), autora de «Sueños y vasijas», libro recién publicado en castellano por la editorial bilbaína Consonni en el que analiza, desde diferentes miradas feministas y ámbitos, la gestación por sustitución. Diecinueve feministas de Euskal Herria abordan en este libro todo lo que tiene que ver con esta modalidad de gestación desde el punto de vista de la filosofía, la cultura, las ciencias sociales, el antirracismo, la diversidad familiar, la perspectiva perinatal y la legislación. «Además, también creo que otro elemento que nos une es al situación de las criaturas, que hablamos poco de ello. Y es que muchas veces las criaturas se ven en limbos administrativos y también expuestas a preguntas invasivas e incluso bulling en los colegios. O si yo quiero que mi hija tenga referentes de familias bolleras, por ejemplo, como le voy a negar ese derecho a una criatura cuya familia es por gestación subrogada. Entonces, de nuevo veo como que una cosa es el análisis político macro y otra las realidades cotidianas que tenemos que resolver en un contexto en el que tenemos familias que han creado así su unidad familiar», añade June Fernández Casete, comunicadora autónoma y cofundadora también de la revista Pikara Magazine, en la que trabajó durante una década.
«España es el segundo país del mundo en la industria de la reproducción, de hecho, el grupo de fertilidad más grande del mundo, IVI, es valenciano. Y se ha convertido en el grupo líder del mundo a raíz de una fusión con una clínica estadounidense. Y esto nos tiene que hacer pensar en por qué nos tiene que interesar tanto este tema y es que en España hay muchos intereses en que como ya está toda esta industria ahora se vaya más allá y se convierta también en paraíso de la gestación subrogada», cuenta June Fernández, periodista feminista y agitadora queer.
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