A punto de sonar el pitido inicial de la final de Copa, nos fijamos en las mil y una maneras que hay de entender, mirar, jugar o disfrutar este deporte. El escritor alemán Klaus Cäsar Zehrer se coloca en la piel de un budista en un campo de fútbol. Aspira y se siente tranquilo. Espira y siente paz en el espíritu. Comienza el partido y, pese al marcador, el resultado es sorprendente.
El primero fue fuera de juego, no hay duda…
El segundo no fue penalti ni de lejos…
El tercero tengo que verlo en la repetición de la tele…
El cuarto fue precedido de una falta brutal…
El quinto fue un contraataque idiota…
Con el sexto ya todo daba igual…
Nuestro equipo va perdiendo…
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