«Una canción en blanco, sin dictado ni acorde, sin ciencia ni conciencia, que de la nada viene y en todo se refleja», así es, según el poeta Constantino Molina Monteagudo (Albacete, 1985), «la canción que nos entona el mundo». Y en este poema devela el secreto para poder escucharla, si aún no lo habéis hecho.
Canción del mundo
Si alguna vez callásemos
como callan los árboles, las nubes
y las piedras, podrían escucharse
los árboles, las nubes y las piedras.
También en estas cosas se escucha una canción.
Y desde su silencio nos invitan
a creer en la voz que sin verbo habla.
Así,
mientras alguien fabula estrategias que calmen
su incertidumbre,
un lúgano le canta a la mañana
y el cielo le regala los colores del bosque.
Mientras alguien disfraza con plegarias su miedo,
un milano dibuja su vuelo entre las nubes
y esparce libertad.
Y mientras alguien busca con palabras
la respuesta que salve su alegría,
la primavera llega, tan callada,
y expande los secretos de la dicha.
El mundo nos entona su canción.
Una canción en blanco,
sin dictado ni acorde, sin ciencia ni conciencia,
que de la nada viene y en todo se refleja.
Basta callar, dejar cantar al mundo
y oír su voz fugaz para entenderlo.
Constantino Molina Monteagudo
El poeta Constantino Molina (Albacete, 1985) ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Poesía Joven «Miguel Hernández» correspondiente a 2016 por la obra «Las ramas del azar» (Rialp). El premio, dotado con 20.000 euros, distingue una obra de poesía publicada en 2015 por un autor español menor de 31 años en el momento de la publicación de la obra.
El jurado ha concedido el premio a «Las ramas del azar» «por ser un libro sereno en el que la naturaleza permite el descubrimiento de un sujeto contemplador del misterio de la vida, expresado de una forma contenida y musical». Su «Canción del mundo» pertenece a este libro.
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