«Para el amor no hemos crecido / nunca son diestras las manos. / La primera vez / todos los cuerpos / son / el primero», confiesa la poeta vallisoletana Carmen del Río Bravo. Y unas pocas páginas después reconoce también que no sabe escribir de los amores con mayúsculas, que sólo sabe de los amores en pequeñito.
No sé escribir de amores con mayúsculas
Yo no sé escribir de amores con mayúsculas.
Tan sólo se escribir de esos temblores
que recorren mi espalda si te acercas.
De lo amargos que me saben tus besos
cuando no estás conmigo para dármelos.
Del calor que siento cuando te recuerdo.
Y del frío que me produce recordarte.
Sólo sé del amor en pequeñito,
del que me hace moverme o levantarme,
del que no lleva al cielo o al infierno,
tan sólo salva de los días de nada.
No hay música de orquesta mientras llegas
ni en el cielo brillan luces de colores.
Tan sólo disfruto de algo que se escapa:
de ese amor de a diario.
Carmen del Río Bravo, de «No ardo, me oxido… me he pasado a la combustión lenta» (Ediciones de Baile del Sol, 2016)
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