«No es todo hacer una poesía para el pueblo, sino un pueblo para la poesía. Por eso escribo para el niño y para el adolescente, que pronto serán ese nuevo pueblo decente», decía Gloria Fuertes de sus versos. Tal día como hoy, un 27 de noviembre, pero de 1998, Gloria falleció en su ciudad natal, Madrid. En su recuerdo, homenaje, recordamos un poema suyo, quizás el que da más miedo.
Todo austa
Asusta que la flor se pase pronto.
Asusta querer mucho y que te quieran.
Asusta ver a un niño cara de hombre,
asusta que la noche…
que se tiemble por nada,
que se ría por nada asusta mucho.
Asusta que la paz por los jardines
asome sus orejas de colores,
asusta porque es mayo y es buen tiempo,
asusta por si pasas sobre todo,
asusta lo completo, lo posible,
la demasiada luz, la cobardía,
la gente que se casa, la tormenta,
los aires que se forman y la lluvia.
Los ruidos que en la noche nadie hace
-la silla vacía siempre cruje-,
asusta la maldad y la alegría,
el dolor, la serpiente, el mar, el libro,
asusta ser feliz, asusta el fuego,
sobrecoge la paz, se teme algo,
asusta todo trigo, todo pobre,
lo mejor no sentarse en una silla.
Gloria Fuertes.
El poema «Todo asusta» me evoca inseguridad, miedo, perplejidad, pero al mismo tiempo conciencia de que algo está provocando ese susto, crítica, ganas de averiguar qué es. Por estos sentimientos contradictorios suelo ponerles este poema a mi alumnado para explicarles la posguerra, el franquismo.
Gloria fuerte me sigue emocionando y ayudando a entender mejor mis emociones.
Gracias.