«La resistencia tiene mucho que ver con dejar territorios liberados dentro»

«Todos en un momento dado, salvando todas las distancias, por supuesto, tenemos algo de cimarrón. Incluso cuando vamos a la oficina y estamos pensando en otra cosa verdaderamente importante, más allá de los trabajos que en realidad no nos importan demasiado, hay algo de nosotros que se fuga, que se tira al monte, que huye. Y no solo como una huida, una escapada sin más, sino también como una acción constructiva, montar tu propia comunidad, aprender qué es la libertad, ejercerla dentro de ti, saber reconocerla fuera», explica la poeta Ana Pérez Cañamares (Santa Cruz de Tenerife, 1968) al hilo de su último poemario, «La seda del cimarrón». Un libro, publicado por la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker, en el que se vale de la diferentes acepciones de la palabra cimarrón para recolectar en sus versos animales y plantas salvajes, esclavos que huyen para vivir libres y hasta holgazanes.

«La resistencia tiene mucho que ver con pensar qué es lo verdaderamente importante, lo que nos alimenta, desertar de la realidad, de los principios que nos han vendido y nos hemos comido muchas veces sin ponerlos en duda. Tiene que ver con hacer esa crítica constructiva y saber que aunque muchas veces la escapada, la huida, no es posible o no sabemos hacerla, o no somos tan valientes como para llevarla a cabo, al menos dejamos territorios no conquistados, o liberados, dentro de nosotros. Conquistados creo que los tenemos todos pero por lo menos empezar a liberarlos y a tener claro que esos son los lugares donde somos nosotros y podemos aprender y desaprender, donde podemos crecer de otra manera, apropiarnos de otras verdades», cuenta Ana Pérez Cañamares. «En mi libro ese regreso a la naturaleza tiene también mucho que ver con eso, con saber que no es tanto lo que compro, la ropa que me pongo, las posesiones, la persecución de esos placeres prefabricados, sino abrir la ventana y aprender a mirar, a escuchar y a apreciar los cambios de la luz, el pájaro que viene hoy y no sabes si volverá mañana. No sé, volver a propiarse de esos tesoros», concluye la poeta.

En su charla en Mar de Fueguitos, Ana Pérez Cañamares habla también de la familia, el pueblo, la ciudad, la fibromialgia o el movimiento 15M, que en breve cumplirá diez años, y recita alguno de los poemas de «La senda del cimarrón».