«La situación del periodismo y la libertad de expresión en Guatemala es algo que llora sangre. Ha habido tres asesinatos de periodistas en el último año y hay varios periodistas exiliados, entre ellos nosotros, por documentar y contar las historias que les incomodan a las élites y a los intereses tanto de caracter extractivo como gubernamental. El caso más delicado es el de los periodistas indígenas comunitarios, que es de donde yo vengo, porque a partir del racismo y del desprecio a nuestro trabajo comunitario hay todavía un odio extra y una persecución al ser periodista», denuncia Lucía Ixchiu (Totonicapán, 1990), indígena k’iche, feminista comunitaria, periodista y activista de derechos humanos. «El gobierno de Guatemala, el Ministerio Público y el gobierno Central, está utilizando el sistema de justicia para tratar a la población como enemigo interno. Entonces, utiliza el sistema jurídico y penal para criminalizar a cualquier persona, incluidos funcionarios del Estado y defensores de derechos humanos. En Guatemala no hay una garantía de un juicio justo, no hay condiciones reales para afrontar un caso falso, montado, que a todas luces lo que quiere es tenerte preso y torturarte en prisión», añade Ixchiu.
«El gobierno de Alejandro Giammattei inció en enero de 2020 y a los quince días decreto una serie de estados de excepción en todo el país justificándolos en la violencia común que hay en Guatemala. Y en marzo llegó la pandemia y esto le cae como anillo al dedo al gobierno porque por motivos sanitarios, justificados, nos encierra a todos», explica Carlos Ernesto Cano (Mixco, 1984) fotoperiodista en la Federación Guatemalteca de Escuelas Radiofónicas. «Y es a partir de ahí, de la pandemia, que el gobierno empieza a justificar préstamos millonarios al Fondo Monetario Internacional, al Banco Interamericano de Desarrollo, al Banco Centroamericano de Integración Económica… y se roban básicamente el dinero de las vacunas y para construir hospitales. Los dos primeros años del gobierno de Giammattei se resumen en estados de sitio, de excepción, autoritarismo, violaciones a los derechos humanos, exilio de fncionarios y periodistas, y un deterioro democrático como nunca se había visto en Centroamérica desde los años 70 y 80 del siglo pasado», concluye Cano.
Lucía Ixchiu y Carlos Ernesto Cano forman parte también de Festivales Solidarios, colectivo guatemalteco que trabaja la memoria histórica, la defensa del territorio y la prisión política.
Comentarios
Aún no hay comentarios.