«El balance general que hemos hecho en nuestro informe es negativo porque en las Diputaciones Forales de Alava, Bizkaia y Gipuzkoa hemos podido constatar que practicamente no existen criterios reseñables de desarrollo humano sostenible y derechos humanos a la hora de diseñar esta Política de Internacionalización Empresarial en Euskadi y las herramientas e instrumentos concretos que la componen. Y en el Gobierno Vasco, si bien se han hecho algunas incorporaciones, sobre todo en el ámbito discursivo o retórico de los planes estratégicos, como por ejemplo incluir la agenda 20/30, hacer referencia al Global Compact o aumentar el porcentaje que algunas claúsulas socioculturales ocupan, entendemos que los pasos que se han dado son netamente insuficientes respecto a lo que en la primera investigación, de 2014 a 2016, y en esta última planteábamos como indispensables para que esta política tenga unos mínimos componentes de desarrollo humano sostenible y derechos humanos», explica el investigador Gorka Martija, integrante del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) y coautor del informe «Coherencia de políticas para un desarrollo sostenible. Señas de identidad de la Política de Internacionalización Empresarial en Euskadi». Un estudio realizado por encargo de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Euskadi. «En el fondo, si analizamos esta Política de Internacionalización Empresarial en Euskadi en su conjunto, es decir, cuáles son los objetivos, las prioridades, los agentes, los ámbitos y los instrumentos, vemos que sigue primando, y es más que obvio, la agenda mercantilizadora, de captura de mercados, más técnico empresarial, y el resto son como pequeños aditivos que ni mucho menos cambian el rumbo de lo que están planteando como fórmulas de la política», añade Gonzalo Fernández, coautor del informe e investigador de OMAL.
El informe del OMAl destaca que no hay coherencia entre las dos políticas exteriores más importantes de Euskadi y que la política de internacionalización empresarial frena o anula los avances logrados por la política de cooperación al desarrollo. «En cooperación internacional estamos acostumbrados a que incluso los proyectos empresariales, de fomento de cooperativas o de economía popular, estén atravesados por una serie de criterios que luego son también de seguimiento público de temas de género, derechos humanos o participación», explica Gonzalo Fernández, investigador de OMAL. «Y estos temas brillan por su ausencia en la Política de Internacionalización Empresarial en Euskadi. En las dos grandes proyecciones exteriores de las instituciones vascas, una está atravesada por el desarrollo humano y sostenible, seguramente también con carencias, pero con una apuesta muy fuerte, y la otra prácticamente está ausente en todo ésto. Así, podemos encontrarnos en una situación como en Colombia en donde desarrollamos unos proyectos realmente al servicio de las mayorías populares pero, a la vez, empresas vascas, apoyadas por la misma institución y con diferente política, pueden llegar allí a maximizar beneficios aprovechándose un poco de la situación de violencia del país, de la desregulación que ha habido en muchos casos en aspectos sociales y, de alguna manera, con unas lógicas totalmente antagónicas a las que proponen los mismos proyectos que se desarrollan allí desde la cooperación», añade el coautor del informe «Coherencia de políticas para un desarrollo sostenible. Señas de identidad de la Política de Internacionalización Empresarial en Euskadi».
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