«En mi libro se contraponen la visión liberal del progreso, de la acumulación capitalista, de la falta de límites, con todas esas otras formas de vida que tratan de plantear resistencias a ese modelo y plantean una relación radicalmente diferente con el entorno y con una vida que no está basada en la acumulación de beneficios y en la explotación de la humanidad. Y lo hago también con la intención de no caer en exotizaciones o idealizaciones de las comunidades indígenas, construyendo esencialismos simplones, porque en el libro aparece también, por ejemplo, como se entrelazan la violencia y el poder con personajes del mundo indígena wayuu, que han sido cooptados por los poderes del carbón y estatales, o la realidad de la violencia delincuencial y paramilitar en Buenaventura, en la que muchas veces personas de las comunidades afro, que son las que sufren esa violencia, también acaban siendo los sicarios que ejecutan las muertes. Entonces, abordando estas cuestiones desde la complejidad, creo que sí hay esta contraposición clara entre el capitalismo del sueño americano, el capitalismo infinito, que solo quiere relacionarse con la naturaleza para explotarla, y quienes viven su vida buscando esa armonía con el mundo natural y sus comunidades, con un pensamiento colectivo sobre la vida», explica el escritor Eduardo Romero sobre el sentido de su último libro, «¿Cómo va a ser la montaña un dios?», publicado por la editorial Pepitas de calabaza.
«¿Cómo va a ser la montaña un dios?» es un viaje de ida y vuelta por dos universos separados por miles de kilómetros, pero interconectados por varios hilos: el carbón y la minería, el capital y su logística portuaria, la migración y el exilio. Eduardo Romero traza un puente entre Asturias y Colombia, cuenta, de manera magistral, una historia real en la que el «azar global» conecta el destino común de los de abajo.
Comentarios
Aún no hay comentarios.