ENTREVISTAS

«Creo mucho en la palabra como primer bastión, pero jamás único porque entonces no haríamos nada»

«La propia ideología que queremos combatir va dentro del lenguaje. Los seres humanos somos seres arrojados a un horizonte lingüístico que nos determina y determina nuestra propia manera de mirar, estar y decir el mundo. Entonces, cualquier guerra contra ese mundo tiene que ser también una guerra contra el lenguaje, un limpiar ese lenguaje. Por eso, en mi libro hablo de esa parte utópica de volver atrás, cuando no teníamos lenguaje, y quizá hacer que nazca un lenguaje nuevo, limpio de toda esa historia y esa ideología que ahora mismo está impidiendo que ni siquiera el nombrar puede ser transformador. Y lo que propone el libro es que quizás la poesía pueda ser ese lenguaje», comenta la escritora Olalla Castro (Granada, 1979), al hilo de su último poemario, «Todas las veces que el mundo se acabó», Premio internacional de poesía ciudad de Estepona, publicado por la editorial Pretextos. «Hay también todo un mundo fuera del lenguaje. Un mundo que queda a oscuras, supuestamente, o en silencio, donde yo a veces imagino una liberación, imagino a esa gente alegre, que baila, liberada precisamente de esa carga, de ese lenguaje histórico. Y todos mis poemas van jugando en torno a esa idea de que el lenguaje heredado es más una carga, o algo que nos lastra por toda la ideología que arrastra, que un modo de liberarnos. Y, a veces, la liberación está en el silencio», añade la poeta granadina. Olalla Castro ha publicado también hace unos meses el poemario «Las escritas» (editorial Almuzara), en el que habla de esas mujeres sin voz cuya historia ha sido contada siempre por los otros, los hombres.

«Para mí, desde pequeña, la literatura ha sido una pequeña llama que te ilumina. Me imagino que dentro del vientre de la ballena Moby Dick, en una absoluta oscuridad, la poesía, y la literatura en general, es ese fósforo que se enciende y que de repente nos ayuda a ver la bestia que nos ha engullido. Eso no significa que con verla, o con nombrarla, en este caso, vayamos a poder arponearla, acabar con ella, ni siquiera salir de sus entrañas, pero sí es un primer paso», cuenta la poeta, periodista, editora, cantante y letrista Olalla Castro. «Siempre he querido pensar que la poesía, y la literatura en general, son espacios de descubrimiento, de trabajo ideológico, que nos hacen ver y entender muchas de las cosas que no andan bien. Pero nuestra historia no puede acabar ahí. Eso nos tiene que llevar a organizarnos colectivamente para transformar el mundo en el que vivimos. Yo creo mucho en la palabra como primer bastión pero jamás como único, porque entonces no haríamos nunca nada», concluye.

Comentarios

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Chiribitas. Historias que prenden la vida

Los programas de radio

Bodega

Licencia de Creative Commons
Mar de Fueguitos by Gorka Andraka is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License.