Con la llegada del invierno, la fisionomía del barrio de Atxuri cambió. Fue apenas, un detalle, cuatro trastos, que, sin embargo, alteraron de alguna manera la rutina de este rincón de Bilbao. Junto a una de sus calles, a la vista de todo el mundo, una pareja de personas sin hogar, un hombre y una mujer de unos 40 años, colocaba un colchón y se disponía a pasar allí la época más cruda del año.
A la sorpresa provocada por el hecho de ver a alguien dormir en la calle, en medio del ir y venir cotidiano de la gente, algo a lo que ya no está acostumbrado el vecindario, se sumaba en este caso el lugar escogido por la pareja ubicar su cama, sobre la repisa de un muro, a metro y medio de altura del suelo. La pobreza y la exclusión están, se podía pensar observando la escena, que se suben por las paredes.
Hace unos días, después de que la pareja pasara todo el invierno a la intemperie, la Policía Municipal se llevó el colchón con sus enseres y dejó más en la calle aún si cabe a estos dos nuevos vecinos atxuritarras. Para evitar que el mal ejemplo cundiera, que otras personas sin hogar decidieran también hacerse visibles en la zona, el Ayuntamiento de Bilbao tomó medidas urgentes y de carácter extraordinario. La miseria es legal, no hay que avergonzarse de ella, a cualquiera le puede tocar… pero eso sí, mejor ocultarla, sufrirla en la más absoluta intimidad.
El plan, una vez más, está claro: mínimos recursos para grandes beneficios. La marca social Bilbao: bueno, bonito y barato. Qué las personas sin hogar se pasan todo el día ociosos en los bancos de la plaza Unamuno, pues retiramos los asientos. Qué les gusta estar apoyados en el murete del parque de Iturribide, pues lo derribamos. Qué duermen bajo el pequeño arco que hay junto al puente de San Antón, pues lo tapiamos…
Aunque parezca imposible, el Ayuntamiento de Bilbao lo ha vuelto a lograr. Con apenas dos pequeñas barras de hierro y varios puntos de soldadura, ha solucionado la problemática “aparición” en plena vía pública de las personas sin hogar. Y el barrio de Atxuri ha recuperado su normalidad, descansa más tranquilo y limpio.
La cama de Atxuri:
La mano de hierro del Ayuntamiento de Bilbao
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