«El mar no sabe nada sobre las leyes viejas de las rocas. Los mares se evaporan, se secan los océanos, se pudren nuestros mapas y se caen del cielo los satélites. Pero las islas siguen siendo islas», nos cuenta el poeta Ben Clark (Ibiza, 1984) en este poema sobre la condición y el corazón de las ínsulas. «Teoría de las islas» forma parte de su poemario «Demonios (Editorial Sloper, 2023)
Teoría de las islas
No determina el agua lo que es isla.
El mar no sabe nada
sobre las leyes viejas de las rocas.
Los mares se evaporan, se secan los océanos,
se pudren nuestros mapas y se caen
del cielo los satélites.
Pero las islas siguen siendo islas.
Su condición depende de otra cosa:
de que existan por siempre los apátridas,
los náufragos, los locos descastados.
Los errantes que, solos, fundan todos
los días una Arcadia
que merezca la pena abandonar
cuando caiga la noche
o se termine el vino.
Sin isleños las islas no serían
más que tierra mojada,
una anécdota más de las tormentas
tropicales que arrasan a los pobres
en la televisión.
Sin piratas en busca de un tesoro;
sin prisioneros viejos numerando las olas;
sin la visión amarga de una huella
en la arena empapada, el accidente
no se transformaría en pensamiento.
Porque para crear un paraíso
no se precisa más que un corazón
que sea un poco más grande que el mar.
Ben Clark.
Comentarios
Aún no hay comentarios.